Seguir soñando

Qué curiosa es la distancia que a veces una toma consigo misma.

De irse de sí y procurar a los otros. Siempre a los otros. Hasta el cansancio. Hasta que la mente se te queda en blanco y ni siquiera puedes dormir. Y permaneces en vela fraguando el deseo de no sentir. Nunca más.

¿Es esto lo que se vive al reencontrarse con la palabra?

Curioso elixir bizantino. Neta. Lo acabo de descubrir: sólo basta con buscar la expresión "discusiones bizantinas", para cachar que sólo quería escribir; sentirme así de viva otra vez. Reforzar que las teclas son más débiles debajo de esta digitación constante.

He pensado en cuán fuerte es el llamado del mar. ¿Por qué he de ir ahí? ¿Porque tu recuerdo es imperante ahí?

Me interesa sobre todo sentirte una vez más. Quizás eso ha de costarme el alivio. Quizá no suceda. Quizá me reviente pronto en la cara el cruento despertar.

Mientras tanto, yo sigo soñando.

Imagen de: alaiaorax

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