El viernes estaba recordando tus abrazos fuertes.
El viernes tuve abrazos, pero solo quería el tuyo.
Y no es posible. No hay marcha atrás.
Pasó lo único que es irreversible: la muerte. Y te pasó a ti y a ti.
Y me sentí desconsolada por un momento, y no obstante, he hallado el sitio que hay en mí y que es exclusivo, para ustedes, que está entre laberintos iluminados y azulejos rotos que conforman el tapiz de una gran furia griega, Erinia.
Evoqué entonces una H y una B. Letras colgadas en la nada que pugnan por prenderse a mi memoria... como erizos de mar, como hematomas luego de una noche atroz en mayo.
Me he convertido en una nota melancólica al inicio de una canción reconocida. Que no es que guste pero que se canta en una serie de tres coros.
En redoble de campanas. Entre edificios que han de reconocer mis pasos y, al tiempo, entregar sus sombras.
El viernes tuve abrazos, pero solo quería el tuyo.
Y no es posible. No hay marcha atrás.
Pasó lo único que es irreversible: la muerte. Y te pasó a ti y a ti.
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| Exposed, by lostknightkg |
Evoqué entonces una H y una B. Letras colgadas en la nada que pugnan por prenderse a mi memoria... como erizos de mar, como hematomas luego de una noche atroz en mayo.
Me he convertido en una nota melancólica al inicio de una canción reconocida. Que no es que guste pero que se canta en una serie de tres coros.
En redoble de campanas. Entre edificios que han de reconocer mis pasos y, al tiempo, entregar sus sombras.
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