Visiones del traslado (3)

En menos de una semana he visto dos personas muertas, arrolladas cerca de la línea del Metrobús. En ambas ocasiones, he transitado momentos importantes con la nueva empresa: luego de la entrevista y al concluir mi primer día de trabajo. Dos momentos de dicha confrontados por la contrariedad.
Somos apenas un estallido de vida, entre un no existir y el dejar de hacerlo.
Y cada día me sorprende lo afortunada que soy (razono mis privilegios): el poder ir a comer a la fondita, esa en que no tienes que preocuparte por casi nada. El poder andar. El poder reír. Llorar, para después reponerte prácticamente al instante. El poder.
Ésto que somos duele, pero también considera un alivio.
Dimensiono nuevamente las heridas.
Toco con los pies un fondo de verdades: la piel resiste y el alma engrosa.

By Gamblling Youth


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