No somos los que aman, de Lizbeth Padilla

No somos los que aman

Porque estaba acostumbrado a las marchas nocturnas
y le gustaba mirar cara a cara todo lo que duerme.
F. Nietzsche

Sólo una vez me quedé sin palabras.
Fue cuando un hombre me preguntó: ¿Quién eres?
Gibrán Jalil Gibrán

Uno no es más que un pensamiento
detenido en la mente de los otros,
de aquellos que nos vieron perecer
y arrojaron su muerte a nuestro paso.
Uno es lo oscuro que amedrenta a los niños,
que madura frente a los espejos,
una palabra larga y sin sentido. 
Uno es eso que giraba alrededor de un fuego,
un padre o un silencio.
Somos los que nos detenemos a mirar
parejas ridículamente enamoradas,
los que hundimos el cuerpo en aguaceros,
los que nos vamos a cualquier lugar.

By Nikolas Brummer
Un día de éstos prestaré mi cráneo
para que beban en él los que abandonan.
Disuadiré a la lluvia
de que no palpe más mi torso negro.
Me seduce el amor.
por su olor a alcobas,
por su ruido de madre que da a luz,
por sus cabellos largos.
No somos los que aman
sino los que apretamos en los puños
los diminutos versos del amante.
Salimos de una cápsula de vida,
fuimos embrión gestado a fuego lento,
nos consumió frenética la calle
y entre lodo y paredes avanzamos.

Para salvar mi cuerpo
busco un rincón sin luz.
Huelo de nuevo azúcar en tu pelo
aunque aceptemos que no sabemos amar.
Buscamos en los otros la distancia,
buscamos nuestro hogar
para que al fin reposen nuestros restos.

Un ramo de flores en llamas,
pasos a desnivel,
tu cabeza inclinada hacia la muerte,
la pasión de no ser apasionados.

Uno es una lenta carrera hacia el incesto,
el poseso que chilla,
ese vaivén de muertos por el aire,
el asesino de afectos,
la pesadez del lenguaje.
Yo soy mi sombra y la recojo en cada esquina,
fuera del autobús, sobre los parques,
en aquel teatro donde nadie hablaba.
Yo soy mi muerte y mi porción de vida
aunque a veces me desplome el miedo.
Acabo de una vez con las pequeñas cosas
para descalza penetrar un cuerpo.


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